Mi mente, mis sentidos, mi cuerpo, mi piel...Me traicionan cuando estoy con vos.
Tu embrujo, la enfermedad que tengo de vos, tu silueta... me transportan a un mundo desconocido del que un día no sé si podré salir. Pero te confieso, no quiero.
Mi sangre fluye rápidamente por mis venas cuando mis labios se acercan a los tuyos, y luego a tu cuello, ese manantial irrenunciable del que siempre quiero beber. Porque ya sabes siempre tengo mucha sed, sed de vos, de tu aroma, de tu yugular excitable y tus labios pidiéndome más. Así que no me reclames, no envíes quejas a mi buzón de sugerencias si te hice un hermoso recuerdo mío en tu piel.
Sí, sé que me lo advertiste pero es muy difícil controlar mis labios cuando se deslizan como hormiguitas por tu dulce y achocolatada piel.
De verdad, no entiendo qué me pasa con vos, sos mi pecado ineludible, mi renuncia al autocontrol, la desconexión de mi mente y mi cuerpo, con vos digo que "NO" construyendo un "Sí" en cada acto, cada entrega.
Estoy loca por vos, más de lo normal, más de lo que puedo soportar, tenés mis emociones divergiendo en el espacio sideral. Mi corazón no palpita cuando te beso, el silencio se apodera de mí, me entrego completamente a tu cuerpo, no hay nada más alrededor, sólo vos y yo.
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